lunes, 2 de noviembre de 2015

[Academia Willow lake] Cap. 8



Por fin viernes, tenía ganas de que llegara el fin de semana para descansar, y quizás, dibujar algo o estar con los amigos. Cuando estudiábamos, Jungkook siempre me tenía que estar recordando lo que habíamos dado, siempre había algo que se me olvidaba o que no comprendía. Tenía que tener una paciencia enorme conmigo… Menos mal que me tocó él como compañero y no otro, sino, no sé cómo iría con los estudios.
Al terminar las clases, decidimos ir a la biblioteca como siempre para hacer los deberes y estudiar hasta la noche. Yo recogí mis cosas tranquilamente. Siempre era la última en salir de clase, y él en esta ocasión, decidió esperarme, como pocas veces había hecho. Una vez terminé de recoger mis cosas, me colgué la mochila a los hombros y salimos de la clase. Nos dirigimos por el pasillo hasta la sala central, donde podías ir a cualquier estancia del edificio. Jungkook no se dirigió por el mismo camino de siempre.
“Quizás haya olvidado algo o quiera ir a estudiar a otro sitio” pensé.
Seguí a Jungkook sin decirle nada, salimos del recinto del colegio y dimos un paseo por el camino que se dirigía al lago.
“¿El lago? ¿Por qué allí? Quizás solo pasemos y en realidad hay otro lugar más relajado para estudiar… No sé… Pero no tiene prisa, que ya es extraño… Quizás quiera descansar y dar una vuelta” pensé.
Al llegar al lago, nos dirigimos al mismo sitio donde, hace semanas, nos habíamos puesto a dibujar. Se paró mirando al lago. Al ver que no íbamos a andar más, me extrañé.
-       Jungkook ¿Por qué hemos venido aquí? - pregunté.
-       Pues… Quería darte un regalo - me respondió mirándome.
-       ¿Un regalo? - no podía creérmelo. “¿De verdad?” pensé emocionada.
Vi que Jungkook metía la mano en su mochila y sacaba un papel. “¿Qué será?” me intrigó. Me di cuenta que al darme el papel le temblaba la mano, le cogí el folio rozándole sin querer, notando sus nervios y sintiéndome yo más nerviosa de lo que ya me sentía. Me fijé en el folio y observé que era un dibujo hecho por él. Era una rosa, preciosa, con unos trazos fuertes y coloreada en tonos rojizos. No podía dejar de pensar en lo bonito que era el dibujo hasta que me fijé que debajo había algo escrito con una hermosa caligrafía.
“¿Quieres salir conmigo?” leí. Me quedé en blanco, no sabía qué decir…
-       Esto es nuevo para mí… - le dije. Al mirarle, parecía nervioso, estaba rojo como un tomate.
-       ¿Qué me respondes? - me preguntó desesperado.
La respuesta que pensé me dio vergüenza. No podía decírselo en alto, así que, pensé una alternativa. Saqué un lápiz de mi mochila y escribí la respuesta bajo la pregunta del dibujo. Le enseñé el papel tímidamente, mientras observaba su reacción.
-       Sí - leyó él, con una sonrisa en su rostro, que le hacía más guapo de lo que ya era.
-       Por cierto… ¿Qué es lo que has visto en mí para pedirme salir? - me intrigó.
-       Pues, tenemos muchas cosas en común, nos gusta dibujar, eres muy mona… No sé, me gustas - se notaba que estaba contento, seguía con su sonrisa, y aquello me hacía feliz.
-       Es que… - tuve que apartar la mirada de lo avergonzada que estaba - A nadie le he gustado antes…
-       Bueno, siempre hay una primera vez - respondió él feliz.
-       Y… ¿Ahora qué? - quise saber mirándole a los ojos.
-       Ahora a estudiar.
“¿Qué? ¿Después de esto a estudiar? No sé si podré concentrarme” pensé.
Jungkook me cogió de la mano, sentí su felicidad, estaba orgulloso consigo mismo, y yo me sentía feliz, ya no solo porque sentía lo mismo que él, si no, porque al verle tan contento y diferente a como siempre le había visto, era adorable. Le apreté la mano y nos dirigimos a la biblioteca con paso ligero.
Una vez en el edificio del colegio, aminoramos el paso, él notó que me sentía un poco agotada de ir a su ritmo. Fuimos directos a la biblioteca, y en el camino nos encontramos con Kenichi. Al verle me dio vergüenza. No sé si se lo transmití a Jungkook, pero él seguía estando orgulloso por lo sucedido, aunque ya no sonreía.
No me había dado cuenta que todavía llevaba el dibujo de Jungkook en la mano y que todo el mundo lo podía ver.
Estuvimos haciendo los deberes el resto de la tarde, hasta que anocheció y decidimos ir a cenar.
-       Mayra, ¿te gustaría dar una vuelta el domingo y dibujar? - me preguntó él.
-       Sí, claro - respondí con una sonrisa - Pero, si salimos los dos me gustaría ir el sábado de compras con Julia y Roxane. ¿Me dejarías?
-       Sí - afirmó. Le sonreí contenta y él también sonrió.
***
En el comedor, el resto del grupo estaba cenando cuando Mayra y Jungkook aparecieron. Todos observaron como la pareja entraba agarrada de la mano. Se quedaron mirándolos extrañados, y luego empezaron a sonreír. Jungkook y Mayra se sentaron junto a ellos con vergüenza.
-       Vaya, ¿por fin estáis saliendo? Ahora sí, ¿no? - dijo Jimin.
-        Ahora no puedes decir que no - rió Kim Tae.
-       Sí, ahora sí somos novios - contestó Jungkook ruborizado pero orgulloso a la vez.
J-hope estaba más serio de lo normal, pero sólo se dieron cuenta sus amigos más antiguos, que ya lo conocían de varios años.
-       Mierda, he vuelto a perder otra porra - dijo Roxane.
-       Sí, y yo - contestó Julia.
-       ¿Otra porra? - se entristeció Mayra al saberlo.
-       ¡Gano yo! - dijo Suga alegre.
-       Chicas… Necesito vuestra ayuda, ¿mañana hacéis algo? - quiso saber Mayra pasando del tema de la porra.
-       Nop - respondió Roxane
-       ¿Os venís al pueblo conmigo a comprar unas cosas?
-       Si vais al pueblo… - intentó decir J-hope.
-       ¡Esta vez sí es día de chicas! - saltó Roxane.
-       Siiii - dijeron a la vez Julia y Mayra alegres.
-       Vale... Nada… - dijo J-hope.
-       Por cierto Roxane… Me sabe mal pedírtelo… ¿Pero me prestarías dinero para comprarme ropa? - preguntó Mayra.
-       Sí, claro sin problema - respondió ella - Te lo regalo.
Suga estaba pendiente a la conversación de las chicas. Que empezaron a acordar a qué hora se irían al pueblo. No estaba dispuesto a perder un día entero sin estar con Roxane y decidió que les seguiría usando sus poderes de invisibilidad.

 Al día siguiente las chicas bajaron a desayunar, y ya estaban allí los chicos. Jungkook saludó a Mayra con una sonrisa mientras le hacía un hueco entre él y V. Julia y Roxane se sentaron enfrente de ellos, pensando conjuntos que le quedarían bien a Mayra en voz alta, ruborizando a la parejita. Después las chicas decidieron prepararse para ir al pueblo.
-       Me gustaría comprarme ropa más arreglada… - dijo tímidamente Mayra mientras andaban de camino al pueblo - Quiero ir guapa mañana para Jungkook.
-       No te preocupes, los conjuntos que hemos dicho en el desayuno te quedarán bien - dijo Roxane.
Después de todo el trayecto andando, descansaron un poco y al rato se dirigieron a la tienda de ropa, donde Julia y Roxane empezaron a mirar prendas para Mayra, aunque Julia acabó encontrando ropa para ella misma.
-       Al final, ¿qué? - dijo Roxane a Julia - ¿Te está gustando más V que Kim Tae o qué? Porque antes te gustaba Kim Tae, ¿no?
-       ¿Por qué dices eso? - preguntó Julia extrañada, Mayra les miró sin comprender - Con Kim Tae llevo años hablando, y V a llegado este año, apenas le conozco y poco a poco vamos hablando más pero ya está. No me gustan... Aunque físicamente me atraen, y más V con el nuevo color de pelo.
-       ¿Cómo? - dijo Mayra sin comprender nada de lo que hablaban.
-       Tú pruébate esto - dijo Roxane dándole un vestido que le llegaba por debajo de las rodillas de un tono beige, con escote en v decorado con encaje de mismo color, y manga corta rematada con el mismo encaje.
-       Vale… - Mayra cogió el vestido y se fue a los probadores.
-       No es que me guste V… A ver, mono es, pero no en plan de que me guste - siguió Julia cuando Mayra se alejó, Roxane le miró seria como si no la creyese - Deja de mirarme así. Además, Kim Tae y yo siempre hemos sido compañeros.
-       Ya, bueno... Estas converse y esa chaqueta le quedarán bien con el vestido que le he dado, vamos a llevárselo - dijo Roxane sin querer darle más importancia.
Le dieron a Mayra la chaqueta vaquera y las converse de color rosa pastel. Mayra se puso todo y salió del probador.
-       ¿Qué tal? - quiso saber ella - ¿Le gustaría a Jungkook?
-       Estás monísima, claro que le gustará - afirmó Roxane.
-       Sí, seguro que sí - corroboró Julia.
Mayra se volvió a cambiar. Julia siguió mirando ropa y vio un vestido negro de un solo tirante partido en dos y con una cremallera en la barriga con tela negra transparente que le gustó y decidió probárselo. Mayra encontró algo que realmente le gustó a ella y también fue a probárselo. Julia salió del probador, ese vestido le sentaba genial. Mayra salió tímidamente con unos pantalones grises ajustados, una camiseta negra ajustada y unas botas militares de color negro.
-       Qué cañera vas, Mayra - dijeron a la vez Julia y Roxane, ruborizándola.
Las tres escucharon un ruido a su alrededor, no vieron nada, pero de uno de los probadores salió una mujer y pensaron que había sido ella. Las chicas volvieron a cambiarse y  por la hora que era, decidieron volver. Pagaron la ropa y se dirigieron al colegio.
Una vez allí fueron a dejar las cosas al dormitorio antes de ir a cenar.
-       ¿Y bueno, tú con Suga qué? - preguntó Julia cuando llegaron a las escaleras para subir a los dormitorios de las chicas.
-       Bueno… Luego te cuento pero no hay gran cosa - respondió Roxane.
Desde que se escuchó aquel ruido en los probadores, Mayra tenía la sensación de que había alguien con ellas, antes no se había dado cuenta, pero ahora notaba algo, y no sabía si sería su imaginación o no. Aparte, se estaba quedando un poco asombrada por todo lo que había escuchado de Julia y Roxane sobre los chicos.
“No entendí bien, pero parece que algo hay entre Kim Tae, V y Julia, y ahora parece que Roxane tiene algo con Suga…” pensó ella.
Mayra que iba detrás de Julia y Roxane escuchando su conversación, seguía sintiendo la presencia. “¿Por qué lo sigo notando? Me está dando miedo… Aunque cada vez siento que se debilita. ¿Qué será?” pensó intrigada.
Entraron las tres en la habitación, Mayra colocó su ropa nueva en el armario, menos el vestido, el chaleco y las converse que se iba a poner al día siguiente. Julia también guardó su vestido nuevo.
-       Tengo que ir al servicio. Id Vosotras que luego os alcanzo - dijo Mayra. Roxane y Julia salieron del cuarto.
***
Necesitaba ir al servicio y lavarme la cara antes de ir a cenar, Roxane me había aconsejado algunos peinados que me haría por la mañana antes de ir a la cita con Jungkook. La verdad es que me hacía ilusión. Nunca había tenido novio y quería gustarle, quería que se sintiera feliz como cuando le dije “sí”. Deseaba gustarle con aquel vestido, aunque a mí no me gustase demasiado. Salí del servicio y me fijé que había alguien en el suelo tumbado. Me acerqué y vi que era Suga. Me asusté. No sabía qué hacer. Me agaché para despertarle, dándoles unos golpecitos en la cara suavemente, al tocar su piel tuve una visión.
Me veía enfrente de mí, veía a Julia al lado de Roxane, las tres nos dirigíamos al edificio de los dormitorios. A quien más observaba era a Roxane, su sonrisa, sus gestos, me hacían sentir feliz, pero triste a la vez, quería decirle que le quería, que quería estar junto a ella, pero en ese momento no podía, no debería estar ahí. Subía cansada las escaleras hacia la habitación persiguiéndonos, Intrigada por lo que Roxane iba a decir de mí.
“¿De mí?” pensé.
Entré a la habitación siguiéndonos, veía todo lo que nos acababa de ocurrir. Cada vez me sentía más agotada. Roxane y Julia salieron de la habitación y mi otra yo se dirigió al servicio. Sentía el amor por Roxane. Quería ir tras ella, pero no podía, mi cuerpo me falló y terminé desmayándome.
En cuanto recobré el conocimiento, entendí perfectamente que había estado en los recuerdos de Suga, vi lo que él vio, y por una vez, mis poderes se complementaron, haciéndome sentir lo que él sentía en esos momentos. Me pareció enternecedor.
Me sentía débil, estaba en ese momento encima de su pecho. Decidí sentarme apoyándome en la pared más cercana a él. En cuanto pude levantarme un poco, decidí mojar una toalla y ponérsela en la frente para ver si podía despertarle. Al cabo de un rato abrió los ojos.
-       No le digas a nadie que he estado aquí… - me dijo preocupado Suga - Se me puede caer el pelo porque es el cuarto de las chicas.
-       No te preocupes - aseguré - no pienso contarlo… He… - tenía que decírselo - He tenido una visión de ti…
-       ¿Ah, sí? ¿Y qué has visto? - intentó incorporarse.
-       He visto por qué nos estabas siguiendo - expliqué rápidamente. Me fijé que se había puesto rojo - No te preocupes… No eres el primero con quien tengo una visión… - intenté suavizar el tema - El más reciente fue… ¿Te acuerdas del día que estaba en la enfermería? Pues fue porque tuve una visión de Kenichi.
-       ¿De Kenichi? - me miró fijamente extrañado.
-       Sí - me ruboricé al notar su mirada.
-       ¿Qué es lo que viste? - preguntó.
-       Es algo extraño, la verdad - le dije - Vi una mujer que buscaba algo en un sitio que no conozco. Tengo la impresión de que la he visto antes, pero no sé dónde.
-       No sé. De todos modos, igual no es nada importante.
-       Sí, bueno… No sé… Pero me intriga…
-       Bueno, si te suena, ya caerás más adelante.
-       ¿Te encuentras mejor? - quise saber.
-       Necesito un poco más de reposo para poder andar.
“Menos mal, porque aún no tenía fuerzas para ayudarle a salir de aquí” pensé aliviada. Estuvimos un rato sentados, sin hablar, cada uno con sus pensamientos.
-       A mí también me pasa - dije, Suga me miró - Me refiero a estar agotada, ¿sueles utilizar mucho tus poderes?
-       No… - dijo él.
-       Ah… Pues, cuando estés mejor, te ayudo a salir. Espero tener fuerzas para ayudarte - sonreí tímidamente.
-       Para salir sería conveniente que no haya nadie por los pasillos, ni el ama de llaves.
-       Sí, claro. Tú me dices y voy a mirar.
-       Ve ya. Creo que puedo levantarme.
Fui a comprobar que no estuviese el ama de llaves por el pasillo. Aún no me encontraba del todo bien, pero no podía dejarle en la habitación. Si nos pillaban, no podríamos explicar por qué él estaba ahí, y no quería que pensaran mal. Cuando estuve segura que todo estaba despejado volví a la habitación.
-       No hay nadie - le avisé - ¿A dónde te llevo?
-       A mi habitación, debería descansar - respondió él.
-       ¿No quieres que te lleve a la enfermería?
-       No, prefiero estar en mi cuarto.
-       De acuerdo.
Suga se levantó con dificultad, me acerque para ayudarle. Se apoyó en mí, pasando el brazo por mis hombros para estar de pie y poder andar, yo le agarré del brazo para sujetarle. Andábamos lentos, pero al menos podíamos avanzar. Pesaba, pero resistí por ayudarle. Bajamos las escaleras con cuidado para no caernos, y al bajar el último escalón, tanto Suga, como yo, nos quedamos paralizados. Delante de nosotros acababan de llegar Roxane y Julia. No sabía qué hacer.
Ellas parecían sorprendidas, al igual que nosotros.
Tenían caras extrañas, no sabía qué decir. Miré a Suga para ver si él diría la verdad o si se le ocurría alguna excusa.
-       Iba para mi cuarto y escuché gritar a Mayra - empezó a mentir - Fui a ver qué pasaba, y había tirado un jarrón de agua que pisé sin darme cuenta. Me caí y ahora no puedo andar bien...
“Tierra trágame… No se lo creerán…” pensé.
-       Pues vale - dijo Roxane seria.
“¿Se lo han creído? ¿De verdad? Bueno… Al menos una preocupación menos” pensé mientras suspiraba en cuanto ellas volvieron al comedor y nosotros seguimos el camino hacia su cuarto.
Conforme subíamos las escaleras de los chicos, alguien por detrás nos habló, paramos en seco para poder ver quién era.
“Otra situación embarazosa no, por favor” pedí en mi mente.
Cuando vi quien era, me puse nerviosa y por un momento me sentí más débil. Tuve que aguantar para no perder la fuerza y que Suga no se me cayera.
-       ¿Qué ha pasado? - Kenichi parecía preocupado. Volví a mirar a Suga.
-       Nada… Me he excedido con mis poderes - le explicó Suga. “¿Por qué a él sí le dice lo ocurrido y a las chicas les ha mentido?” pensé en ese momento - Justo me encontré con ella y me estaba ayudando a ir al cuarto.
-       Ya te llevo yo - se ofreció Kenichi, cogiéndole de la cintura, Suga dejó de agarrarme para pasarle el brazo a Kenichi por los hombros - Puedes irte si quieres.
-       No… - me negué. Quería asegurarme que Suga estaba bien antes de irme. Sabía que si me pillaban me iban a regañar, pero al menos estaría más tranquila.
Entramos en la habitación de Suga y Kenichi le dejó en la cama. En la otra cama se sentó Kenichi, en el escritorio había una foto de él con la chica que vimos cuando fuimos por primera vez al pueblo. Estaba segura que era su novia, si no, ¿por qué tendría una foto con ella? Intenté no pensar.
-       No sabía que fuerais compañeros de habitación - dije.
-       Sí - respondió Kenichi.
“¿Por qué me siento mal al ver esa foto? Él tiene novia, yo tengo a Jungkook, no debería importarme” pensé.
-       ¿Vas a estar bien? ¿Necesitas que te traiga algo?  - pregunté a Suga por si necesitaba algo.
-       No, gracias, solo necesito descansar - me respondió.
-       Si necesitas algo… Dímelo, estoy aquí para lo que sea.
-       Vale… Gracias.
-       Será mejor que me vaya ya… - no quería molestar y me sentí un poco incómoda.
-       Espera - dijo de repente Kenichi cuando me di la vuelta para salir del cuarto - te acompaño, no vaya a ser que te encuentres con el ama de llaves.
-       ¿Eh? Gracias - me puse nerviosa cuando me dijo que me acompañaba.
“¿Por qué me pongo nerviosa?” pensé.
Bajamos las escaleras sin pronunciar palabra, tuvimos suerte de que seguía sin estar el ama de llaves.
-       Gracias por acompañarme - dije de corazón.
-       Nada - dijo él - Adiós - se dio la vuelta y subió las escaleras.
Yo fui al comedor para cenar. Me sentía débil y quería coger algo de fuerzas.
***
Julia y Roxane volvieron sobre sus pasos de vuelta al comedor aún sin creerse lo que habían visto.
-       Joder, puede que Mayra sea de las chicas que engañan - dijo Julia - Que parece buena y luego está con Jungkook y con Suga a la vez. No sé, están todos pendientes de ella. Primero J-hope, y ahora Suga...
Al llegar al comedor en lugar de sentarse en los huecos libres, empujaron a los chicos para ocupar las esquinas más alejadas, así, si llegaba Mayra no podría ponerse junto a ellas, y les daría tiempo a pensar.

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